domingo, 27 de noviembre de 2011

Sensaciones

Esas sensaciones que existen y se te avecinan en el momento menos pensado.
En el metro, camino a una fiesta que durará varias horas y en la soledad del camino tanto por un túnel dentro de un vagón hasta los pasos que vas dejando por la calle... te inunda la sensación de estar con mucha gente... pero sin nadie. Solo ante el mundo delante.
No una sensación de soledad de no tener a nadie, si no de estar solo en un momento y un lugar en el que estás acompañado de gente en exceso... complicado de explicar, aún más de vivir.
Dicho esto... mi imaginación ha vuelto a las andadas. Volvemos a crear, genial.
Al salir del metro camino a la calle, había una chica delante mia que también iba sola e imaginé cómo sería su trayecto desde el metro hasta dónde debía ir... quizás un grupo de amigas con el que se presenta una noche de fiesta sin límites empezando por un botellón... quizás llegaba tarde a una cita con su pareja con la que irá a ver la última de crepúsculo en sesión golfa... quizás llega tarde a casa para cuidar de su abuela que está mayor y enferma o incluso puede ser que vaya a un bar en el que tiene una cita a ciegas...
Posibilidades hay muchas, la imaginación puede inventar cosas en exceso, pero esa sensación de que tu mente, en vez de autodestruirse ahora se dedica a crear... es una sensación maravillosa de que uno va mejorando.
Mejorar. Algo que no sólo consiste en sentirte mejor, si no en limpiarte de toda la mierda que te destroza por dentro.
Hay cosas que no se pueden olvidar, cosas que no se pueden omitir, pero sí es necesario mejorar y la mente es la llave de un día a día mejor.
Porque la vida puede ser maravillosa... y más cuando tu mente empieza a funcionar para bien

martes, 22 de noviembre de 2011

Los sinsentidos del sentir

¿Será verdad al final eso de que el tiempo lo cura todo?
Yo creo que no. Y aunque el paso de los días haga que el dolor sea más soportable, la herida se va cerrando exteriormente, pero cuando tocas, te rozas o hasta la miras, duele.
Soy del firme convencimiento que hay ciertas heridas que te llegan hondo y, cuando uno recae en el dolor con el paso del tiempo, vuelven a supurar esas heridas que parecían curadas exteriormente.
Por suerte hay gente que te hace olvidarte de ellas, hasta el punto de dejar de sentirlas temporalmente. Y esto lo digo por experiencia propia actual.
Por eso creo que todo es un sinsentido del sentir. Porque puedes sentirte genial y estar desangrándote, o estar fatal sin ningún tipo de herida ni abierta ni en estado de curación. Limpio.
Dicho esto... hay que seguir peleando. Peleando por lo que va a llegar.
Disfrutando. Disfrutando de lo que tienes.
Y sobretodo, seguir sonriendo. Porque pueden pasar muchas cosas y pueden darte muchos palos, pero siempre hay algo más que provoca que haberse despertado haya merecido la pena... aunque sea con resaca.

Porque la vida puede ser maravillosa... hasta un domingo peleando por tu vida.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El suelo a la altura de los pies

Esa sensación de caer y caer y seguir cayendo...
Esa sensación de que ya has caido al máximo pero aún así hay más pisos por debajo...
Esa sensación de que mientras más caes, a la vez más la cagas...
Esa sensación de que mientras más la cagas, más caes...

Es la pescadilla que se muerde la cola y son cosas que no se pueden controlar.
Es el tiempo que supuestamente soluciona las cosas.

Mientras tanto va pasando y aquí sigo, con días mejores o días peores, pero en esos días peores uno comete errores graves para él y para otras personas que no lo merecen.

Dicho esto... sigo siendo persona de hablar mucho para solucionar lo posible. Es mucho mejor una conversación larga y distendida intercambiando puntos de vista, que un mal rechazo.

Quizás las cosas no sean como yo las quiero o las espero... pero sí son mejores de lo que podrían ser o estar.
Aún así... queda mucho que pasar por delante y cuando uno toca el más fondo de los fondos... sólo queda subir.

Porque la vida puede ser maravillosa... hasta cuando el suelo está a la altura de tus pies

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Noviembre

Este mes de noviembre ha comenzado un martes dando pie a un puente que mucha gente ha aprovechado.
Me imagino a toda la gente preparando sus disfraces para la famosa fiesta de halloween, o a los más tradicionales ultimando las compras de flores para llevar el primero de mes a sus difuntos. ¿Y cómo cambian las cosas verdad? Una fiesta pagana atada por un mismo día con una tradición bastante religiosa.
Curioso ver tal situación. Sin embargo es una buena manera de aprender. Aprender que hay que hacer las cosas de buena fe, de forma sana, que una cosa no eclipsa la otra e incluso te sirve para apreciarla más si cabe.
Debería servirme esta pequeña disputa de celebraciones para aprender que todo tiene su lado bueno y su lado malo, su fiesta de disfraces o su rato de recuerdo por un ser querido que ya no está. Debería servirme para ver lo que he tenido y no lo que he perdido. Pero sobretodo debería servirme para darme cuenta que las cosas no se consiguen al instante, hay que tener paciencia y buenas intenciones y todo llega (halloween es una fiesta muy joven en España, pero lleva celebrándose desde hace ya unos siglos).
Dejando atrás celebraciones... creo seriamente en las segundas oportunidades, pero también creo que siempre hay algo mejor por llegar... ¿qué me llegará a mi? Sea lo que sea espero que llegue pronto.
Mientras tanto intentaré seguir disfrutando cada día un poquito más de lo que Madrid ofrece en estas fechas, de las personas que se merecen todos y cada uno de mis momentos... y en definitiva de este blog y de la gente que me lea y me comente, sólo porque vosotros sois los que me dais ganas de escribir algo que no sea triste... y también de desvariar un poco.
Porque la vida puede ser maravillosa... incluso en el cementerio el día de los difuntos disfrazado de fantasma.