miércoles, 1 de enero de 2014

2 de Enero de 2014

Escribo en la madrugada ya del 2 de Enero.
Acaba de empezar el 2014. Acaba de terminar el 2013.
Llevaba sin escribir por aquí demasiados meses y los últimos no ha sido por falta de tiempo, si no por falta de ganas de ponerme.

El 2013 ha sido un año de placer máximo. He disfrutado, descubierto, vivido... he hecho lo que he querido, cuando he querido y como he querido. Ha sido muy fantástico.
Libertad económica y personal que me ha permitido escribir el guión que quería e interpretarlo como quería, sin más privacidad que la que yo mismo quisiese ponerme.

Hace un tiempo escribí que la montaña rusa que supone vivir, en mi existencia concreta, después de llegar a lo más bajo he ido viviendo una escalada que ha supuesto llegar muy alto y, cuando llegas ahí, mantenerse es lo complicado. Casi tanto como sorprender.
Mi gran error está en no saber valorar eso precisamente. Por eso el 2013 me supone una sensación agridulce de cómo ha acabado el año.
Cuestión de tiempo que sepa ver y apreciar que no ha acabado mal. Ha acabado muy bien. Lo malo es no disfrutar de tanto bueno aunque te otorgue menos opciones de sorpresa.

El 2014 ha comenzado con tanta ilusión como incógnita. Cosa que me hace seguir con una sensación agridulce, pero que me hace intentar madurar mejor.

Sigo creyendo que llevo unos años en los que estoy en un tránsito de felicidad. Acostumbrarme a lo que tengo y no pedir lo que no debo, o no querer encontrarlo constantemente, debería aprenderlo. Y especialmente no dejar de ver lo bueno aunque me haya acostumbrado a ello y por eso, sin querer, le quite importancia.

Se presenta otro año más. Ni mejor ni peor que 2013. Sencillamente distinto, como el resto de años.
Un año que pasaré el primer cuarto de siglo, aunque mi llegada al cuarto de siglo no la voy a olvidar en la vida... un 25 cumpleaños que fue absolutamente maravilloso.
Un año que me dará los primeros palos y las primeras alegrías como universitario.
Un año que se presenta cargado de tantas cosas como quiera vivir.

Mientras tanto... seguiré disfrutando todo lo que pueda y todo lo que me permita yo mismo.

Y además, con canciones típicas de la isla...



Perquè la vida pot ser meravellosa ... Sempre. I quan comença un any, a més pot ser il·lusionant

1 comentario:

  1. Recuerda del 2013 las personas que no te hayan dejado sucumbir ante la oscuridad y rememora aquellos recuerdos en los que estuvieras extasiado de felicidad, lo demás olvídalo todo, no temas por hacerlo, olvidar es fácil, solo hay que proponerselo. Por ello, proponte un 2014 memorable.
    Gracias por haberte pasado por mi rinconcito, te espero por allí de nuevo.
    ¡Un besito enorme!

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