Hola 2012

Al despedir el 2011 lo primero que dije era que iba a hacer la típica lista de propósitos... y no la he hecho aún. Y me temo que esta entrada tampoco será para hacerla.
La vuelta a la normalidad me ha dejado un sabor agrio muy acentuado.
Ese momento de despertarme el día 1 después de la gran noche que pasé (o que recuerdo haber pasado...) y ser consciente que en unas horas tocaba volver a la vida diaria, hizo daño.
Pero no hizo más daño que volver a pisar la villa de Madrid. No porque no me guste Madrid, si no por lo que supuso.

Entrar en mi habitación fue lo más parecido a que se me cayese la casa encima. Sensación de vacío, de no estar en el lugar adecuado... de que me estaba equivocando.
Volver ha supuesto no dejar el 2011. La herencia de los últimos meses del 2011 sigue sin irse y me han cogido de lleno en este 2012.

Soy consciente que cambiar de año es sólo un número que se incrementa, pero tenía la fe en que me tomaría las cosas de distinta manera y que, para uno de mis propósitos, sería importante este cambio.

Todo sigue igual en demasiadas cosas, aunque por suerte las voy mirando desde otro prisma.
Aún así, en dos días sigo con la misma sensación de estar equivocándome constantemente sólo por el sencillo motivo de estar aquí, donde estoy.

Nada tiene que ver la ciudad. Seguramente esté todo muy engrandecido debido al cambio radical en cuestión de horas de estar entre amigos y diversión a estar solo y trabajando.

Pero bueno, el 2012 no ha entrado de la mejor manera y mucho menos de la manera que me gustaría... aún así tengo muchas esperanzas puestas, ya que empezar peor que terminó el 2011 es complicado.
De momento, para seguir con la tónica en la que quiero estar aunque ahora mismo no sea mi momento, quiero desearos un feliz, espectacular e impresionante 2012. Seguro que os deparará cosas geniales, mejores que peores :)

Porque la vida puede ser maravillosa...