martes, 13 de diciembre de 2011

Los pequeños momentos de cada uno

Es curioso cómo se ven las cosas dependiendo de la edad, vivencias, lo que hagas en el momento...
Recuerdo cuando tenía 15 años y mis conversaciones eran un 90% chicas. Sin nada más importante que eso. Era algo general en el grupo.
Ahora con 23 la tendencia ha cambiado bastante, hay mucha más variedad; Política... Deporte... Historia... Chicas...
Sin embargo, viendo un programa de Cuarto Milenio pude apreciar algo claro: La importancia de la vida según vas creciendo.

La situación era esta: hablaban sobre la historia de un supuesto niño que murió en 1800 y pico y la gente del pueblo iba en peregrinación a su tumba porque concedía deseos. Este niño era un chaval que curaba y demás cuando estaba vivo y que predecía cosas. Hasta ahí todo correcto.
De todo esto, yo me quedé con las peticiones de las personas que salían, la mayoría mayores aunque salió alguna chica joven. Todas y cada una de esas personas pedían salud. Salud para un ser querido, salud para si mismos, salud para alguien del pueblo... Era la máxima de todos, su gran preocupación.
Daba igual las pérdidas que hubiesen tenido o lo que estuviesen pasando, lo importante es seguir disfrutando de esta vida que da muchos golpes pero sigue mereciendo la pena siempre. Y eso es lo que me dejó lo suficientemente anonadado para que, después de unas mini vacaciones de 6 días, mi cabeza siga dándole vueltas a eso.

Y tantas vueltas han supuesto que quiera plasmarlo aquí, para ver si reacciono. En 23 años he sufrido hostias de muchos tipos, pero por suerte ninguna ha sido de salud o de perder a un ser importante. Quizás entonces sea cuando realmente despierte.
Despertar de este letargo en el que me encuentro por las mismas cosas pero ninguna trascendente si realmente lo supiese ver.
Es imposible evitar dejar de sentir, evitar dejar de añorar, evitar dejar la melancolía con vivencias pasajeras típicas de la edad, que si se tuercen duele, pero que sirven para haberlo disfrutado y haber aprendido de la situación, de los demás, de ti mismo, del tiempo... siempre aprendiendo.

Quiero aprender a disfrutar todo lo que tengo y puedo tener ahora, porque quizás cuando llegue el momento de un mazazo de verdad, será entonces cuando no podré remediar nada.
Porque la vida puede ser maravillosa... pero siempre aprendiendo a valorarla y disfrutarla

2 comentarios:

  1. Aún me faltan un par de años para la mayoría de edad, y lo cierto es que hablo de cosas a parte de tíos. Hablo de los estudios, del futuro, de música, de sensaciones, y... bueno, de amor bastante a menudo. Pero como muy bien has dicho, vosotros habláis (tú hablabas) de chicas. No de amor, que es lo que importa (en mi opinión). Es un claro ejemplo de las diferencias entre hombres y mujeres.

    P.D.: No sé como aguantas leyendo lo que escribo con 23 años, te parecerán una sarta de tonterías xD

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  2. Es el paso de maduración. Además, como bien sabrás, los hombres maduramos más tarde... y además con 15 años las hormonas están bastante a su aire, jaja.
    Antes eso de amor no era importante, ahora es esencial.
    Antes eso de estudiar era un coñazo, ahora es un privilegio.
    Antes eso de trabajar era ganar dinero, ahora es una putada.
    Antes irte de fiesta con los amigos era una rutina semanal, ahora es un auténtico premio poder hacerlo 1 vez cada 3 meses...
    El tiempo te enseña, te hace madurar.
    Igualmente y así te contesto a tu P.D, puedes apreciar que, por encima de la edad, cada persona es un mundo, y de lo que tú hablas ahora con tu edad es algo que yo ni imaginaba a esa misma edad... y quizás estoy empezando ahora, 7 años después.
    Y por supuesto que no me parecen tonterías, por favor! Demasiado tengo que aprender aún... para empezar fíjate como no escribes con faltas, tiene sentido lo que escribes y lo haces desde el corazón, por lo tanto sientes. Eso es más de lo que puede ofrecer mucha gente, ya sea con 16 o con 80.

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